En un mundo laboral que cambia a gran velocidad, quienes trabajan o buscan empleo en España enfrentan un desafío y una oportunidad a partes iguales: adaptarse o quedarse atrás. La digitalización, la automatización, el auge del teletrabajo y los cambios económicos están redefiniendo lo que significa tener estabilidad y éxito profesional. En este contexto, ¿qué puede hacer un trabajador o una trabajadora para destacar y avanzar?
1. La formación continua ya no es opcional
Antiguamente, bastaba con tener un título universitario o una FP para tener una carrera sólida. Hoy, el conocimiento se queda obsoleto en cuestión de años, incluso meses. Plataformas como Fundae, Coursera, Google Actívate o incluso los cursos subvencionados por el SEPE son una gran oportunidad para mejorar habilidades digitales, de idiomas, gestión o comunicación. Actualizar el currículum es tan importante como actualizar la mentalidad.
2. Flexibilidad: el nuevo oro
Muchas empresas en España han optado por el trabajo híbrido o remoto, lo que ha permitido a empleados vivir fuera de las grandes ciudades o mejorar la conciliación familiar. Saber adaptarse a distintos entornos —presencial, remoto o mixto— y manejar herramientas como Zoom, Slack o Microsoft Teams es cada vez más valorado por los reclutadores.
3. Las habilidades blandas marcan la diferencia
En un mercado donde cada vez más personas tienen formación técnica, las llamadas “soft skills” son las que hacen destacar un perfil: capacidad de resolver problemas, empatía, gestión del tiempo, trabajo en equipo y actitud positiva. Esto es especialmente importante para quienes buscan empleo: no basta con “saber hacer”, también hay que “saber estar”.
4. Reinventarse no es un fracaso
Cambiar de sector o empezar desde cero ya no se ve como algo negativo. Muchos trabajadores que fueron despedidos durante la pandemia, por ejemplo, han encontrado oportunidades en el sector tecnológico, la atención al cliente digital o la logística. No hay edad para aprender algo nuevo. De hecho, la experiencia suele ser una ventaja cuando se combina con nuevas competencias.
5. El bienestar mental importa
La estabilidad emocional y el equilibrio entre vida y trabajo son cada vez más valorados, tanto por las personas como por las empresas. Trabajar muchas horas ya no es sinónimo de productividad. Buscar entornos laborales saludables y fomentar rutinas personales sostenibles (descanso, ejercicio, desconexión digital) es una inversión en el futuro.