Saber identificar y calcular las retenciones que se aplican a nuestras nóminas es muy importante, no solo para nosotros como trabajadores, pudiendo calcular gracias a esto la diferencia que hay entre el sueldo bruto y el neto, sino que además para las empresas es esencial para realizar las nóminas de sus empleados y desglosar todos y cada uno de los conceptos que aparecen en ellas para que las cantidades sean precisas. Tanto para el empleado como para la propia empresa, un correcto cálculo de las retenciones de IRPF y Seguridad Social promueve tranquilidad y previene posibles sanciones.
Las retenciones de IRPF (Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas) que vemos reflejadas en la nómina corresponden a los porcentajes del sueldo bruto de un trabajador que la empresa descuenta de forma automática para cumplir sus obligaciones con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. Estas reducciones de carácter obligatorio son imprescindibles para asegurar el correcto cumplimiento de las obligaciones fiscales de cada empleado, por medio de pagos a cuenta que se llevan a cabo antes de que la plantilla cobre su salario neto.
Dichas reducciones afectan tanto a trabajadores como a empresas. Para los empleados, supone la posibilidad de llevar un control sobre su liquidez, previniendo los ingresos y gastos en concepto de impuestos pagados a lo largo del año fiscal, que generalmente coincide con el año natural. Para las empresas, las retenciones de IRPF que realizan evitan una posible sanción por parte de la Agencia Tributaria. Si nos fijamos en nuestras nóminas, veremos que hay un apartado de deducciones en el que aparecen reflejadas todas las retenciones que se aplican sobre el salario bruto. Las dos retenciones más importantes que sufrimos son las del IRPF y las deducciones a la Seguridad Social.
El Impuesto sobre la Renta a las personas Físicas (IRPF) afecta a los ingresos o rentas de los trabajadores y se paga por adelantado por medio de un porcentaje fijado en la nómina que la empresa desquita cada mes o trimestralmente de forma directa en el sueldo del empleado y lo ingresa en su nombre a la Agencia Tributaria. Esto dependerá del volumen de ingresos de cada empresa. Una vez cerrado el año fiscal, llega el momento de realizar la declaración anual de la renta, y es entonces cuando hacienda calcula la cuantía total con la que cada persona ha contribuido en función de sus circunstancias. Si se da el caso de que la aportación es más baja de lo debido, la declaración sale a pagar. En cambio, si se ha aportado más capital del estipulado, el trabajador verá como se le es devuelto el exceso sufrido. Aunque este impuesto corresponde a los trabajadores, son las empresas quienes están obligadas a realizar la retención del IRPF y notificarlo mediante el modelo 145.
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